José Manuel Zamora Martín

Mi más sincero pésame a esa familia.
DEP.

Siento que te hayas ido tan pronto, con tanta vida por vivir y con tanto amor que dar. Sólo espero que desde allí arriba, como un ángel que eres, des fuerza, luz y reconfortes a tu gran y bella familia: tus padres, hermanos y demás familiares. Tuve la gran suerte de conocerte de pequeño, siendo tu maestra y siento de veras no poder compartir más tiempo contigo, pero te prometo que rezaré mucho por ti y por tu familia. Descansa en paz, lucero.

Un día estás aquí y el otro te vas, y esto es así de difícil e incomprensible.
Aún recuerdo esos ratos de risas, de música, las clases que hemos compartido, un mes después, y sigo preguntándome porqué, porqué tú, porque tan pronto, con todo lo que te quedaba por vivir, y no consigo encontrar una respuesta.
Vas a estar con nosotros, porque ni el tiempo, ni la distancia, va a hacer que nos separamos, porque sé que, en algún momento, y recuperaremos todo el tiempo que no hemos podido tener aquí, y ahí es donde estaremos juntos siempre.
Jamás creí que iba a pasar por esto, ni con esta dureza, un palo del que no se sale tan fácilmente. No merecías ser tú, porque eras un niño que se preocupaba por los demás, de esos que ya cada vez son menos, y eres un ejemplo para muchos.
Sigues viviendo en nuestros corazones, y es lo más importante, siempre voy a tenerte presente y siempre voy a acordarme de ti, y sé que me guiarás y me llevaras por buen camino.
Cuídanos desde allí, espero que estés bien, un beso al cielo.

Parece que fue ayer cuando estaba contigo, cuando estaba mal y me dabas esos consejos, el ser tan buen amigo, tan buen compañero. Cada día brindo por ti, por las fiestas y esas risas que me robaste que en un futuro se convertirán en arrugas que llevarán tu nombre tatuado, como te llevo a ti en mi corazón, en el que te has ganado un buen pedazo, a mí y todos. Jamás pensé que te irías tan pronto, de esta manera. no me despediré de ti, por que por mucho tiempo que pase, ya sea mucho o poco, te volveré a ver, podré abrazarte.
Eres una gran estrella que brilla cada noche, hasta el sol te tiene celos.
Pero amigo… me has enseñado tanto, que después de estos meses aún es imposible de tragar, de masticar la situación, de no verte, no hablarte.
Siempre estarás en mi memoria, en mi corazón y espero que junto a mí. Eres enorme amigo, enorme. Te quiero.