María del Carmen López Castillo

Querida amiga Carmen:

Ha quedado cincelado en lo mejor de nuestros sentimientos, más que en los recuerdos, en lo más elevado y noble de nuestros corazones, tu calidad superior de persona, la singular nobleza llena de dulzura y e inigualable cortesía que te ha caracterizado a lo largo de toda tu vida.

Por tu Paco, como bien sabes uno de esos amigos que entran en uno de los cinco dedos de una mano con los que puedes relacionar los excepcionales con los que puedes contar, por el afecto y especial amistad que nos une, nos unió y unirá desde la niñez, he tenido la suerte de tratarte y conversar contigo cada vez que nos veíamos por las calles de nuestra Alhama o en cualquier acto. Y siempre, siempre, aunque haya pasado bastante más de medio siglo, la conclusión era la misma: mi más limpia admiración hacia tí por lo dicho, muy especialmente por la ejemplaridad en tu saber estar y ser junto con tu amabilidad y educación nada común.

Has pasado por la vida, como digo, empleando tus claros conceptos de respeto y dignidad de las personas empleándolos en toda circunstancia y momento que te ha sido posible, además de ayudar a cuantos te ha sido posible, participando en lo que podías ser útil, aunque fuese en lo más mínimo, para todos . Lo cierto es que, sin lugar a dudas, de sangre le viene al humano, y tus padres fueron excepcionales, lo que observastes y vivistes y te inculcaron.

Ahora estás con ellos, el bueno de Justo -al que conocí de niño ya enfermo sentado a la puerta de tu casa- y tu madre Paquita -la que tanto quise y querré siempre y con la que conversaba cuando estaba en Alhama al subir o bajar ella nuestra calle Enciso hacia o desde el mercado-. Y con tu querido hermano Justo, siempre entrañable y apreciado, que tan pronto se nos fue, se habrá producido el reencuentro ahí como igual habrá sucedido con tantas personas que quisistes y te quisieron. Muchas, muchísimas, bien lo ha demostrado Alhama entera y lo seguirá demostrando cuando se habla de ti y, más aún, cuando ha llegado este momento de la partida.

Recordando al poeta, de tí, simple y llanamente, con el corazón y el alma, se puede decir brevemente que “fuistes y has quedado para siempre como una buena y noble persona”. Una buena persona que ya está para siempre, mientras vivamos, en cientos de personas, en lo mejor de nuestros sentimientos, comenzando por los que sabes que tanto te quisieron, tus hijos, nietos, hermanos y todo la familia, a los que expresamos nuestro más hondo pesar por esta definitiva marcha terrena, aunque los que tenemos fe en algo, tú la tenías mucho más elevada y fuerte que yo, esperamos que estés ya en la Eternidad.

Siempre mi más noble y respetuoso afecto, entrañable y buena Carmen.

Querida prima:
Muchos recuerdos tengo en mi mente,
Años bonitos que en mi pensamiento quedan… familia, de mi padre, que siempre llevo en un rincón de mí alma…. y sólo decirte que donde estés nosotros aquí en Barcelona nos quedan un pellizco en nuestro corazón por nuestra Alhama y por ti
Chelo Castillo y hermanas.

Mi más sentido pésame para toda la familia, Paco siento mucho la perdida de tu hermana, al ver la noticia he recordado aquellos tiempos cuando éramos todos los chiquillos una gran familia en el molino.
A pesar de los años siempre os he recordado a todos con mucho cariño….
Mis condolencias.