María Muñoz Morales

Queridos amigos Pepe, María José, Lorenzo y toda la familia:
Con enorme tristeza recibo la noticia de la partida de vuestra esposa y madre y comparto el inmenso dolor que os embarga. Esta imposición que tengo de no moverme de mi casa en estos tiempos me ha llevado a estar ya bastantes meses sin ir por Alhama y, por lo tanto, no tener la relación con tantos y tantos amigos, familiares y paisanos en general, y así las noticias me llegan en ocasiones con algún retraso.
Pepe, tú sabes que con tu mujer, cada vez que nos encontrábamos, en la calle o en la iglesia, echábamos un rato de charla. Ella se interesaba por los mismo y yo por todos vosotros. Especialmente por vosotros María José y Lorenzo.
Me imagino lo que disfrutaría el pasado agosto con tu magistral intervención, buen amigo Lorenzo, en la Velada de los Romances, con las palabras que dedicaste a los tuyos que era también ella. Como de su misma hija y familia, se sentía muy orgullosa de tí y me imagino que su cariño por su nieta María José sería inmenso y de los más gratos y profundos de toda su vida. Y tenía corazón para querer y apreciar a quien se lo merecía.
Excelente persona, siempre con una gran educación y cordialidad, teníamos el honor de que nos saludase a Mari Carmen y a mí sabiendo bien de nuestro afecto hacia todos vosotros. A tí Pepe desde que era un niño y joven habiendo nacido frente a la casa donde naciste y viviste tú y en la que tanto jugábamos con tu hermana Inés o escuchábamos charlas y conversaciones de los hermanos y primos mayores con tu Nicolás, tu Juan y toda tu familia, sin olvidar jamas a Paquita, Inés, a Chencha, a tu primo Paco,… y a tantos otros.
Después pasaron los años pero jamás dejamos de saludarnos con efecto y recordando aquellos años cuando nos encontrábamos por las calles de Alhama.
Pero con vuestra esposa y madre, cuando iba semanalmente por Alhama, durante muchos años, y después en todo acontecimiento y fiestas y ferias, siempre estábamos al saludo cordial y nuestro intercambio de palabras sobre todo sobre María José y Lorenzo.
Recibid todos, con nuestro afecto y cariño ya de tantos años, nuestro profundo pesar por esta marcha. Ella, por sus cualidades, calidad humana y fe, estará ya en la Otra Orilla y, yo creo en algo, más bien en mucho cuando se trata de personas inolvidables, o está ya en la Eternidad o cuando despierte lo estará.
Abrazos.
Mari Carmen y Andrés

María, ya estás en el Cielo junto a tu Virgen de las Angustias. Descansa y cuida desde allí de tu Pepe, de tus hijos y de tus nietos. Estás en esa estrella que brillará ya siempre sobre tu Alhama. Desde arriba, nos llegará tu luz y tu calor. Tú que lo diste todo por nosotros y por tu pueblo, recibe el homenaje de tanta gente que te quiso, te quiere y te querrá siempre. Tu corazón ya no podía dar más amor y se paró, pero ahora nos quedan tus recuerdos imborrables, tus enseñanzas y tu sonrisa picarona. Has dejado una huella que quedará marcada en nuestras vidas. Descansa en Paz, Maria. Un beso.

Mis más sinceras condolencias para toda la familia.
Camarera de la Virgen con tu compañera Chencha. Descansa en paz e intercede por nosotros ante Ella. En estos momentos difíciles por los que estamos pasando.

Querida Familia:
Hemos sentido mucho la pérdida de vuestra esposa y madre (mi prima María) siempre que nos veíamos, (la última vez fue en agosto), nos ha demostrado mucho cariño, María te echaremos de mucho de menos,
María Angustias Valenzuela Joaquín Valderrama y María José Valenzuela