Nicolás Calvo Vinuesa

Desde mis años de la infancia ya lo trataba y tenía conmigo gestos de cariño. Cuando venía a casa para atender a mi padre, especialmente en sus últimos años de vida, jugaba conmigo -siete, ocho nueve años iba contando yo- haciéndome «cierta magia» con el alcohol ardiendo y como lo quemaba y apagaba. Todo muy sencillo pero hermoso para mí, como su misma afectuosidad.

Después, durante toda la vida, siempre que nos veíamos había un saludo que partía del corazón y unos momentos de conversación en los que siempre se interesaba por toda mi familia. Pasaron algunos años más y, junto con su amistad con mi tío Paco, con el que paseaba y tomaban una copa juntos, vino a pasar algunos días a mi casa en los que nos daban las altas horas de la madrugada charlando y hablando, con mucha, mucha, sinceridad, pero siempre con respeto y cariño.

Sentimos profundamente su partida, la última vez que nos vimos fue en el Ayuntamiento, poco tiempo antes de que se iniciara este infierno que nos ha venido, me preguntó por un libro mío que no encontraba y yo quede que, si no daba con él, me lo indicase y se lo volvía a facilitar.

Recuerdo que me preguntó: «que qué me traía por Alhama esta semana, que, si seguía como siempre organizando y colaborando en todo», le contesté que ya estaba jubilado como él, y que como él había estado y estaba en cuanto se me pedía y, más aún, cuando vislumbraba que si podías satisfacer la petición formulada».

Nuestro más sincero pesar a toda la familia en nombre de todos los nuestros que tuvieron el honor de conocerlo, tratarlo y darle su afecto como el que él daba.

Mari Carmen y Andrés

Descanse en paz .

Descanse en paz nuestro vecino.
Nuestras condolencias más sinceras a toda la familia.
FAMILIA FRANCO-CRESPO.